Category: Poesía


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POEMAS A LA TIERRA:

Niño indio, si estás cansado, 
tú te acuestas sobre la Tierra, 
y lo mismo si estás alegre, 
hijo mío, juega con ella… 

Se oyen cosas maravillosas 
al tambor indio de la Tierra: 
se oye el fuego que sube y baja 
buscando el cielo, y no sosiega. 
Rueda y rueda, se oyen los ríos 
en cascadas que no se cuentan. 
Se oyen mugir los animales; 
se oye el hacha comer la selva. 
Se oyen sonar telares indios. 
Se oyen trillas, se oyen fiestas. 

Donde el indio lo está llamando, 
el tambor indio le contesta, 
y tañe cerca y tañe lejos, 
como el que huye y que regresa… 

Todo lo toma, todo lo carga 
el lomo santo de la Tierra: 
lo que camina, lo que duerme, 
lo que retoza y lo que pena; 
y lleva vivos y lleva muertos 
el tambor indio de la Tierra. 

Cuando muera, no llores, hijo: 
pecho a pecho ponte con ella, 
y si sujetas los alientos 
como que todo o nada fueras, 
tú escucharás subir su brazo 
que me tenía y que me entrega, 
y la madre que estaba rota 
tú la verás volver entera.

Gabriela Mistral
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La tierra verde se ha entregado
a todo lo amarillo, oro, cosechas,
terrones, hojas, grano,
pero cuando el otoño se levanta
con su estandarte extenso
eres tú la que veo,
es para mi tu cabellera
la que reparte las espigas.

Veo los monumentos
de antigua piedra rota,
pero si toco
la cicatriz de piedra
tu cuerpo me responde,
mis dedos reconocen
de pronto, estremecidos,
tu caliente dulzura.

Entre los héroes paso
recién condecorados
por la tierra y la pólvora
y detrás de ellos, muda,
con tus pequenos pasos,
eres o no eres?

Ayer, cuando sacaron
de raíz, para verlo,
el viejo árbol enano,
te vi salir mirándorne
desde las torturadas
y sedientas raíces.

Y cuando viene el sueño
a extenderme y llevarme
a mi propio silencio
hay un gran viento blanco
que derriba mi sueño
y caen de él las hojas,
caen como cuchillos
sobre mí desangrándome.

Y cada herida tiene
la forma de tu boca.

Pablo Neruda

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Que el corazón del Universo esté en mi corazón.
Que mi corazón esté en el corazón de la tierra.
Que el corazón de la tierra esté en mi corazón.
Que mi corazón esté en el corazón del Universo.

Sacado del «Popol Voh» o libro sagrado Maya.

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El Calvo Y La Mosca

Picaba impertinente
en la espaciosa calva de un anciano
una Mosca insolente.
Quiso matarla, levantó la mano,
tiró un cachete, pero fuese salva,
hiriendo el golpe la redonda calva.
Con risa desmedida
la Mosca prorrumpió: Calvo maldito,
si quitarme la vida
intentaste por un leve delito,
¿A qué pena condenas a tu brazo,
bárbaro ejecutor de tal porrazo?
Al que obra con malicia,
le respondió el varón prudentemente,
rigorosa justicia
debe dar el castigo conveniente,
y es bien ejercitarse la clemencia
en el que peca por inadvertencia.
Sabe, Mosca villana,
que coteja el agravio recibido
la condición humana,
según la mano de donde ha venido;
Que el grado de la ofensa tanto asciende
cuanto sea más vil aquel que ofende.

Autor: Desconocido

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El viento soplaba fuerte,
enredaba su pelo entre las nubes y el brillo del sol la pintaba,
mientras la brisa del mar distraía su mirada.
Tiernos ojos, pero a mi no me miraban,
tampoco los ocultaba, solos pasaban,
sus ojos eran para el mar y los míos para contemplarla.

Inocente viajero de mil sueños,
con temores de amarla, camina de nuevo pero sin dejarla.
Apuñala el cordero que sin sacrificios la llama se apaga,
tibia y cercana sangre que a todos espanta y separa.

Encuentra el sendero, esconde la mirada
aquí no es bienvenida la bienaventuranza
disfraza y enmascara…
Disimula y encanta.

*

Gonzalo Tamayo

SoledadLa Soledad

*

La soledad no es estar en un desierto, la soledad es cuando se está con todos pero sigues sintiéndote solo, es agonía, pero también nacimiento, sólo porque dicen que duele tomar contacto con la mierda de mundo que te han construido.

La soledad es muerte, sí, pero de aquella que es eterna, como aquel molesto ruido de una gota en la cocina, como un reloj abandonado en una casa vacía que intenta ser útil entre tanto eco.

La soledad es como viajar al pasado y al futuro al mismo tiempo, porque extrañas y deseas a la vez, y desgarras esa línea imaginaria del tiempo.

La soledad es soñar, pero también es un sueño, porque aunque lo tengas todo no tienes nada. La soledad es el cáncer que teme y que carga un anciano, un enamorado, la iglesia, un niño, un político, un homosexual, un vagabundo, y quizás Dios.

La soledad te gasta, te cansa y te hace cambiar, porque te convence con sus ideas, porque es persuasiva y te dice quien eres, pero también te miente.

La soledad te hace reír y llorar, te hace el tiempo más gozoso, lo hace más íntimo, porque lo hace más y más lento.

La soledad te amarga, te hace más viejo, huele a nicotina, se mezcla entre el calor de la ira y el frío del regaño y el lamento.

La soledad es como una biblioteca en una comunidad de ciegos, vacía, pero tiene mucho que decir.

La soledad es como ponerse a escribir de ella.
La soledad es la soledad, y es mejor evitar ser amigo de ella.

*

Gonzalo Tamayo

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*

Caleidoscopio

El todo que sin luz no llena nada, la fiesta que danza
por un momento caprichoso; entrega y quita, da vida y mata.
vértigos en el interior agita, fantasmas y alegorías por años en un segundo,
perpetuos y creativos colores que la memoria no olvida, aromas y formas,
momentos y lugares; sueños para ayer, nostalgias para mañana.

*

Gonzalo Tamayo

 

Nube-Jaula-2004

*

No Hay

Y qué si así lo sintiera,
y qué si así fuera,
y si lo siento y lo quiero.
Y si lo niego antes de quererlo.
Y si lo grito, lo muestro
muda y modesta.
Y si todos supieran,
de lo nuestro nada.
Y si todos envidian,
en secreto tu mirada.

*

Raquel Aedo

Poema

*

Quiero buscar el origen, ahí donde otros lo destruyen todo,
un suspiro creativo entre basura sagrada,
decir no palabras, hacer actos de palabras y
callar el ruido del mundo, empujarlo al sentido; ponerme a parir consciencia,
imaginarle forma al silencio y nadar en el ruido del cosmos
que danza tras las cortinas de mi intelecto.

Busco desenmascarar a la verdad que esconde mentiras,
disipar la niebla que oculta el puente para llegar a ti
y tocar el milagro, no de tenerte, sino, de disolverme
entre tu alma, dejar de ser yo;
destruir mi ego para ser lo impersonal.

Voy tras la locura del mundo, me dejé caer al abismo
que crearon tantos dedos al señalarme,
la oscuridad me ha dejado desnudo
pero mi universo interior ha venido a rescatarme,
ahora mis ojos han escalado a la cima,
están besando al inmundo que osó callarme, le perdonan el invierno,
lo acompañan al sol y en silencio.

*

Gonzalo Tamayo