Archive for julio, 2013


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ciencia-vida-redefiniendo-arquitectura-del-ce-L-eWX4yKEs asombroso cuántos mitos médicos rondan por ahí. Pero una parte del cuerpo parece atraer más que otras: el cerebro.

Uno de mis favoritos es el de que sólo usamos el 10% del cerebro. Es una idea atractiva pues sugiere que podríamos ser mucho más inteligentes, exitosos o creativos si lográramos aprovechar ese 90% que desperdiciamos.

Desafortunadamente, no es cierto.

En primer lugar, es importante hacer una pregunta: ¿10% de qué?

Si se refiere al 10% de las regiones del cerebro, es una afirmación fácil de refutar.

Usando una técnica llamada imagen por resonancia magnética funcional, los neurocientíficos pueden poner a alguien en un escáner y ver qué partes del cerebro se activan cuando hacen o piensan en algo.

Una simple acción, como cerrar y abrir el puño de la mano o decir unas pocas palabras requiere de la actividad de mucho más de una décima parte del cerebro. Incluso cuando se supone que no se está haciendo nada, el cerebro está haciendo mucho, ya sea controlando funciones como respirar y el palpitar del corazón, o recordando cosas por hacer. (1)

Nada ocioso

Actividad en el cerebro
Incluso al dormir, el cerebro se mantiene activo, como muestra esta imagen de la actividad al soñar.

Quizás el 10% se refiere al número de células del cerebro.

Pero de nuevo, no computa.

Cuando cualquier célula nerviosa se deja de usar se degenera y muere o es colonizada por otras áreas vecinas. Sencillamente, no permitimos que las células del cerebro estén ociosas. Son demasiado valiosas.

Por otro lado, si bien es cierto que la naturaleza a veces es misteriosa, evolucionar para tener un cerebro diez veces más grande de lo necesario sería muy extraño, particularmente teniendo en cuenta que su gran dimensión es tan costosa para la supervivencia, pues puede causar obstrucciones y la muerte de la madre durante el parto.

Además, el cerebro necesita muchos recursos: mantener el tejido cerebral vivo consume 20% del oxígeno que respiramos, según el neurocientífico cognitivo Sergio Della Sala. (2)

De dónde salió

Cerebro
El cerebro consume el 20% del oxígeno que respiramos.

¿Cómo puede una idea sin fundamento biológico ni fisiológico expandirse por todos lados?

Es difícil rastrear la fuente original.

El psicólogo y filósofo estadounidense William James escribió en el libro «Las energías de los hombres» que hacemos «uso solamente de una pequeña parte de nuestros posibles recursos mentales y físicos» (3). Era optimista y pensaba que la gente podía lograr más, pero él no se refiere al volumen del cerebro ni a la cantidad de las células, tampoco da un porcentaje específico.

La cifra del 10% aparece mencionada en el prólogo de la edición de 1936 del popular libro de Dale Carnegie «Cómo ganar amigos e influir sobre las personas», y a veces hay gente que dice que Albert Einstein fue la fuente. No obstante, Della Sala ha tratado de encontrar esa cita y ni siquiera los que trabajan en el archivo de Albert Einstein la han podido hallar. Así que parece ser otro mito.

Zona gris

Hay dos fenómenos que quizás expliquen el malentendido.

Nueve de cada diez células en el cerebro son lo que se denomina neuroglias o células gliales, que son células de apoyo y proveen asistencia física y nutricional al otro 10% de las células, las neuronas, que se encargan de «pensar».

Así que quizás la gente oyó que sólo el 10% de las células se ocupa del trajín duro y asumió que se podían aprovechar las neuroglias también. Sólo que esas células son totalmente distintas y no se podrían de repente transformar en neuronas para darnos más potencia mental.

Cerebro
El 10% piensa, el 90% ayuda a pensar.

Hay, no obstante, un grupo de pacientes cuyos escáneres revelan algo extraordinario.

En 1980, un pediatra británico llamado John Lorber mencionó en la revista Science (4) a unos pacientes con hidrocefalia que tenían muy poco tejido cerebral y sin embargo podían funcionar. El caso, sin embargo, no demuestra que el resto de nosotros podemos usar nuestros cerebros más de lo que lo hacemos, sino que esas personas se habían adaptado a circunstancias extraordinarias.

Es cierto, claro, que si nos lo proponemos podemos aprender nuevas cosas y cada vez hay más evidencia en el área de plasticidad neuronal, que muestra que eso cambia nuestro cerebro. Pero no es que estemos explotando un área nueva del cerebro. Creamos nuevas conexiones entre las células nerviosas o perdemos viejas conexiones cuando ya no las necesitamos.

Lo que me intriga más de este mito es cuánto desilusiona a la gente enterarse de que no es cierto.

Quizás la cifra del 10% es muy atractiva porque es tan baja que ofrece un potencial enorme para mejorar.

Todos queremos ser mejores. Y podemos serlo, si tratamos.

Pero no va a ser porque encontremos una porción de nuestro cerebro en desuso.

1. http://www.nature.com/news/neuroscience-idle-minds-1.11440

2. http://www.journeytoexcellence.org.uk/videos/expertspeakers/mindmythssergiodellasalla.asp

3. http://www.unav.es/gep/EnergiasHombres.html

4. http://www.rifters.com/real/articles/Science_No-Brain.pdf

Claudia Hammond

Columnista, BBC Future

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Despertar

309404_355525314516505_1582202116_nQue tan seguros estamos de estar despiertos, ¿Nos basta con despertar en la mañana, hacer nuestra rutina durante el día como para saberlo?, ¿ A que le llamamos despertar, a abrir los ojos luego de haber descansado nuestro cuerpo? Que tal si nuestro cuerpo no es real y sólo es una creación mental, el caparazón de nuestra alma o el templo donde vive nuestro monje interior. ¿Podrán ser ciertas todas estás ideas de la realidad?. Personalmente creo que sí, cada una de ellas tiene algo de verdad de cierto modo, nuestra conexión con la vida diaria es una reciproca alimentación de realidades; de lo que soy y de lo que es, mi propia idea del «ser» en relación con mi idea de lo que le rodea a mi «ser». Despertar es expandir esa consciencia, expandirla fuera de mi, lejos de lo que mis creencias decretan la realidad y la existencia de las cosas. Expandir la consciencia al universo de lo que nos rodea es despertar, no mantenerla encerrada en lo que soy y son las cosas. Entrar profundamente en mí para conectarme con el todo… y despertar. Gonzalo Tamayo

Descubrí un bello sitio llamado Arte Matriz en donde se exponen diversas creaciones visuales, y en donde hace muy poco los usuarios han podido lucir sus preciosas obras, unas más que otras y alguna no tan expertas pero sin duda expresiones artísticas igual. Personalmente quise participar, y por lo mismo tuve que fotografiar algunas de mis obras, pero me atacó con fuerza un sentimiento de humildad, como diciéndome a mi mismo ¿Oye tú, también quieres lucirte? Sin duda y de tropezón llegó frente a mi, mi lado más narcisista. Sin duda lo reprimí y tuve la siguiente reflexión: ¿De qué sirve el arte sino para exponer nada más que el talento del “artista”?, ¿Es acaso arte esto que algunas personas quieren trasmitir de esta manera?, ¿Para qué sirve el arte, para la admiración de la misma obra, para que el publico admire al artista?. Sin discutirlo mucho con mi cabeza, llegué a la idea personal, que no basta con hacer mil maravillas por hacer mil maravillas más, NO, el arte debe tener algún tipo de uso útil, y que mejor si es arte para sanar. Entonces me detuve y no compartí ninguna de mis humildes obras en aquella página. Para qué satisfacer a mi ego, a mis necesidades de destacar entre los demás, para qué seguir alimentando a ese arte narcisista, sin función, sin utilidad más que la misma admiración de belleza, a ese arte que no se proyecta en la sociedad de forma productiva, sobre todo en una sociedad que ya no necesita ser egocéntrica, al contrario, que debe dar más que recibir.

Por todo esto y más se me ocurrió hacer algo constructivo, abrí  “Paint” en mi ordenador y decidí dibujar algo muy simple, a la altura creativa de un niño sin habilidades artísticas y sin pretenderlo hacer de forma elaborada. Lo terminé y lo publiqué con la intención de criticar todo aquello que descubrí en mi al querer participar egocéntricamente y sin utilidad con mi “arte”.

Gonzalo Tamayo
yo

Linck de la publicación: https://www.facebook.com/groups/176114465894424/179825975523273/?comment_id=181426882029849&notif_t=like

AR-302179938Muy querido hijo:

Lo primero que necesitan los hombres para orientar sus actividades en la vida, para protegerse y defenderse de las circunstancias que les son adversas y que por causas ajenas a su voluntad convergen sobre su personalidad, es clasificarse. Clasificarse ha sido uno de los problemas cuyo alcance son muy pocos los que saben comprender; tú debes por lo tanto empezar por hacerlo y voy a auxiliarte con mi experiencia.

Tu perteneces a esa familia de ineptos, integrada, con muy raras excepciones, por los hijos de las personas que han alcanzado posiciones más o menos elevadas, que se acostumbran desde su niñez a recibir toda clase de agasajos, teniendo muchas cosas que los demás niños no tienen, y van por esto perdiendo, asimismo, la noción de las grandes verdades de la vida y penetrando en un mundo que le ofrece todo sin exigir nada; creándoles, además, una impresión de superioridad tal que llegan a creer que sus propias condiciones son las que los hacen acreedores de esa posición privilegiada.

Los que nacen y crecen bajo el amparo de posiciones elevadas están condenados por una ley fatal a mirar siempre para abajo, porque sienten que todo lo que los rodea está más abajo del sitio en que a ellos los han colocado los azares del destino, y cualquier objetivo que elijan como una idealidad de sus actividades tiene que ser inferior al plano en que ellos sé encuentran; en cambio, los que descienden de las clases humildes y se desarrollan en el ambiente de modestia máxima, están destinados felizmente a mirar siempre para arriba, porque todo el panorama que les rodea es superior al medio en que ellos actúan, lo mismo en el panorama de sus ojos que en el panorama de su espíritu, y todos los objetivos de su idealidad tienen que buscarlos sobre planos siempre ascendentes: y en ese constante esfuerzo por liberarse de la posición desventajosa en que las contingencias de la vida los ha colocado fortalecen su carácter y apuran su ingenio, logrando en muchos casos adquirir una preparación que les permite seguir una trayectoria siempre ascendente.

El ingenio que no es una ciencia, y que no se puede aprender por lo tanto en un centro de educación, significa el mejor aliado en las luchas por la vida y solo pueden adquirirlo los que han sido forzados por su propio destino a encontrarlo en el constante esfuerzo de sus propias facultades.

El ingenio no es patrimonio de los niños o jóvenes que no han realizado ningún esfuerzo por adquirir lo que se necesita. El valor de las cosas lo determina el esfuerzo que se realiza para adquirirlas y cuando todo puede obtenerse sin realizar ninguno, se pierde la noción de lo que el esfuerzo vale, se ignora el importante papel que éste desempeña en la resolución de los problemas de la vida, y el tiempo que nos sobra nos aleja de la virtud y nos acerca al vicio; y este es el otro factor negativo para los que nacen al amparo de posiciones ventajosas.

CAMBIO

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